Es muy efectivo para el desarrollo de la comprensión lectora. Este enfoque parte de los procesos mentales internos que el lector activa cuando pone en práctica la compresión lectora. Lo que plantea el enfoque interactivo es que se trabajen estos procesos mentales en clase, de forma oral o escrita, para que los alumnos los vayan haciendo suyos y los utilicen cotidianamente en sus lecturas.
Este enfoque plantea que la comprensión se realice con la participación activa del alumno. Por eso, la estrategia principal que plantea este enfoque consiste en hacer preguntas y fomentar la participación antes, durante y después de leer. Estas son las etapas o momentos de la lectura, pues la compresión no se inicia después de la lectura, sino durante todo el proceso. Trabajar las lecturas a partir de estos tres momentos, hace que la compresión sea mucho más efectiva.
Antes de leer...
Se pueden realizar preguntas como: según el título, ¿de qué crees que tratará la historia? ¿A qué personajes conoces? Si son animales, ¿alguna vez has visto uno? ¿Cómo son? ¿Qué hacen?
La idea es utilizar los elementos que te proporciona el texto para que el alumno pueda realizar la mayor cantidad de hipótesis posibles, respondiendo a las preguntas que realiza el profesor o realizando sus propias preguntas. En este momento el profesor puede hacer uso de su creatividad para motivar a los alumnos, por ejemplo, a través de una ambientación de aula que se relacione con lo que se va a leer, o con alguna dinámica.
Durante la lectura...
Durante la historia se puede interrumpir la narración, con la pregunta ¿qué crees que pasará ahora? Esto fomentará la formulación de hipótesis, las cuales serán comprobadas durante la lectura, lo cual a su vez consolidará la comprensión. No es recomendable realizar demasiadas interrupciones, solo las necesarias, sino la historia podría perder continuidad.
Después de la lectura...
Se deben hacer preguntas que no necesariamente respondan a preguntas literales, tales como el nombre de los personajes o acciones específicas que hayan realizado durante la historia. Lo ideal es realizar preguntas del tipo, ¿qué nos enseña esta historia? ¿Cuál es el mensaje? Dibuja lo que más te gustó, pedirles que le cambien el final a la historia o que escriban otra historia donde esté el personaje que más les haya gustado, etc. Es decir, realizar preguntas o actividades que no se puedan responder directamente en texto, esto demostrará si realmente comprendieron. Los ejercicios y preguntas realizadas antes y durante la lectura, deberán consolidar a comprensión, de tal manera que sea más fácil para el alumno responder a las preguntas o actividades realizadas después de la lectura.
Estos momentos responden a los procesos mentales que todo lector que ha desarrollado la comprensión realiza, pero de manera interna.
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